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Jornada del 15 de agosto de 2012
Anoche llegamos verdaderamente cansados al hotel y casi no tuvimos tiempo de bromear sobre el portero de noche. A mí me recordaba a un personaje interpretado recientemente por Bardém, nada tranquilizante, por cierto.
El hotel no tiene valor histórico pero está decorado con motivos de la ruta y nos pareció una buena opción. Este hotel lo reservamos desde España brujuleando por internet y es nuestra última reserva planificada, a partir de aquí, a la aventura, iremos durmiendo en los hoteles que escojamos sobre la marcha.
El precio ha sido de 72,60€ incluyendo tasas.
Las habitaciones no eran para tirar cohetes, la conexión wifi en las habitaciones no funcionaba correctamente (supongo que eso es algo puntual) y no disponía de servicio de cafetería (y menos a las 6:20H de la mañana, cuando ya estábamos «danzando»), lo que ha significado cruzar andando esas maravillosas avenidas americanas, pensadas para todo menos para que un peatón (o dos) las atraviesen. Y todo para llegar a un McDonald´s y tomar un café americano.
Pero no todo era negativo, la decoración del hotel era al menos una recopilación importante de símbolos de la ruta y artículos vintage.
En cuanto a la habitación en sí, algo sorprendente. Como eran todas interiores, para evitar la sensación de claustrofobia, tenían un gran ventanal que daba…. al pasillo!!!!
Para dar un repaso a los artículos vintage expuestos, vale. Como hotel, regularcillo, regularcillo.
Y empezamos nuestras visitas. En primer lugar, la obligada a la casa de Abraham Linconl. Nos sorprendió la inexistencia de colas y la gratuidad del acceso. Eso sí, una hora de parking que es el tiempo de la visita más o menos, 2$, que es algo muy razonable. Se accede a la casa de Linconl con un guía americano y después se pueden recorrer libremente las calles del entorno de la vivienda ya que se conserva muy cuidado, reconstruyendo magníficamente el ambiente en que vivía.
Para alguna que «duda» de si estamos aquí o si estamos retransmitiendo un libro por internet, sin salir de casa, ahí estoy a punto de llamar a la puerta del Sr. Linconl
Para darle un poco más de realismo y ambientación al entorno, no muchos, pero algunos personajes ambiental la reproducción del Springfield de la época.
Aquí os dejo una muestra palpable de nuestro dominio de los juegos de la época y de la lengua inglesa.
Un paseo así, casi en ayunas, nos ha abierto el apetito, así que empezamos por el «Cozy Dog Drive», famoso por «inventar» una especie de perrito caliente rebozado, en vez de en pan, y con un palo para que se pueda comer mejor. Suena a coña, pero lo ha hecho distinto y memorable.
No es este el primer local en el que se vendió el invento, pero su ubicación en la ruta le hace especial.
Primer plano del «invento»:
¿Y quién no ha visto innumerables películas americanas en las que los protagonistas van a un autocine? Pues aunque sea de día, sin película y sin chica, nosotros no queríamos dejar de visitar uno. Se nota en las fotos que hay líneas de desnivel para poder mejorar la visibilidad desde el coche. Lógico, pero curioso.
Una fórmula que sigue funcionando en un país donde curiosamente el coche reina en las pequeñas poblaciones frente a las grandes ciudades.
De aquí, visita al «Maid Rite Sandwich Shop», cafetería/restaurante que hace gala de ser el primer «Drive Thru» (pedir desde el coche y llevarse, sin bajarse del coche, el pedido) de USA, antes incluso de 1928, fecha oficial de inicio de actividad según la documentación pero que operaba ya anteriormente. El sitio fue incluido en el «National Register of Historic Places» en 1984
Muy simpáticos, dándonos todas las facilidades para hacer fotos dentro del local o como quisiéramos. Esto ha sido bastante habitual. Nunca nos ha puesto nadie una pega para hacer fotos. Ni dentro ni fuera del local. Al contrario, entienden que es bueno para su negocio y te agasajan ofreciéndote firmar en el libro de visitantes. Tampoco se ha quejado nunca ningún cliente por hacer una foto.
Concretamente aquí estuvieron grabando hace poco un equipo de TVE, según nos comentaron.
De aquí, sin salir de Sprinfield a «Shea´s Gas Station Museum», un espacio privado (como la mayoría), que recoge mucho material de esos años y que solo pudimos ver desde fuera al estar cerrado. Hay que tener en cuenta que estos centros se financian con la venta de merchandising, aportaciones privadas, donaciones, .. y su disponibilidad de apertura no siempre encaja con nuestras costumbres ya que a veces son atendidos días concretos y en horarios más o menos reducidos. En general, la actividad empiezan temprano y entre las 15 y las 17 horas locales, los museos, tiendas de recuerdos,.. suelen cerrar. Esto es importante para planificar un viaje ya que hay que estar muy temprano pateando (o conduciendo) la calle.
Aun así, nos hicimos una muy buena idea del material que atesoran.
Para acabar con el recorrido por Springfield, nos vamos al «Motel Pioneer» para fotografiar un rótulo clásico y decadente de la ruta:
Hemos consumido ya casi toda la mañana y no hemos hecho ni una milla de la ruta prevista para hoy. Si empezamos a cumular retraso en la primera jornada, nos tememos que vamos a tener problemas de verdad para poder completarla en el tiempo previsto.
A pesar de toda la bibliografía sobre la ruta, páginas web,… Cuando te pones a buscar tú mismo los sitios a visitar, surgen los problemas.
Este fue el caso del siguiente punto, «Covered Bridge» en Glenarm.
Se resistió su localización, pero mereció la pena, ¿No?
Aunque los «Puentes de Madison» se ubican en el estado de Iowa, es imposible no tener un recuerdo de la película a la vista de las imágenes, ¿verdad?
La luz filtrándose por las rendijas de la madera le dan una magia especial.
Y ahora su localización en google:
Por cierto, ojito a todo el cacharreo que transportéis. Antes de arrancar hay que revisar que llevamos todo encima. Un «paseo» del móvil sobre el techo negro del coche en pleno agosto, dio este resultado:
Al menos no lo perdimos pero nunca a vuelto a funcionar igual.
La ruta se ha cobrado muchas vidas en la carretera y también tiene sus propias creencias. Entre Waggoner y Litchfield se encuentra «The Shire of oír Lady of the Highways», considerada como la protectora de los viajeros de la ruta, ubicada aquí desde 1959. Su instalación fue costeada con aportaciones privadas.
Llegamos hasta Litchfield para comer en «The Ariston Café». Un diner en el que se come bien, a buen precio y donde te tratan de maravilla. Supongo que estar vinculado a la ruta y en su ubicación actual desde 1935 (sus orígenes se remontan a 1924), ayuda.
Además nos invitan a firmar en el libro de visitas. Pequeño detalle que se repite en gran cantidad de los lugares que visitamos y que denota hasta qué punto hacen sentir importante a los clientes viajeros.
Buena comida (también en la ruta se puede mantener una dieta saludable a base de ensaladas), amables, wifi de calidad y un pecio razonable: 39,20$ la comida de dos personas, más propina
Libro de visitas del Ariston Café
No todos los negocios han podido sobrevivir al declive de la ruta como eje comercial. «El Belvidere Café» es un ejemplo. Inició su actividad en 1929 pero no pudo con el inicio de la decadencia de la ruta en los 70.
A pesar de todo, sigue en pie.
Y llegamos a la primera gasolinera «con solera». Uno de los clásicos de la ruta es precisamente este, las gasolineras. Esta es visualmente preciosa y fue construida en 1929.
En Stauton es una réplica lo que podemos encontrar, la «Henry´s Rabit Station», que además de la tienda habitual en estos casos, podemos conocer al simpático Henry y sus conejos (sin comentarios), uno de los cuales está siempre con él en el mostrador y se deja acariciar por todos los clientes. Al resto no parece alterarles mucho las visitas. Ubicados en jaulas en el interior, roncan a pierna (o pata) suelta.
Como curiosidad, en el lateral, hay un cementerio de conejos. Supongo que correspondiente a todos los que han pasado por el rancho.
Algún guiño al exitoso Cadillac Ranch:
Seguimos ruta hasta la población de Hamel donde toca cafetería o diner, como más os guste. En esta ocasión de trata de «Scotty´s Bar & Girl», denominado actualmente «Weezy´s» y que comenzó su andadura, fuera del trazado de la ruta, en los años 20. Posteriormente se reubicó en el trazado desde donde sigue recibiendo a los viajeros.
Algunos rótulos ya sin negocio que promocionar siguen en la ruta y se han convertido en clásicos, como el del «Town & Country Motel»:
Y el del «Belair Drive Inn Greenway Motel»:
En Mitchell encontramos el «Luna Cafe», levantado en la ruta en 1924 y famoso por ser lugar de parada habitual de viajeros como Al Capone en sus desplazamientos por la ruta. Quizá porque le reputación del piso superior no era de las mejores o quizá por eso mismo 🙂
Algunos rótulos, coches de los 50, … después, llegamos a St. Louis, no sin antes cruzar el río Missisipi. En nuestro caso varias veces ya que hoy lo cruzábamos por el trazado actual y al día siguiente volveríamos para recuperar la sensación de cruzar el original, en este caso andando. Pero eso será mañana.
Esta noche recorremos algunos emplazamientos que estaban en nuestra agenda y que no podíamos dejar pasar, además de acercarnos al Gateway Arch para ver su iluminación.
Antes, en un ambiente animado de esta parte de la ciudad por tener partido el equipo local, Coca Cola en el «Eat Rite Diner» y visita al «Ted Drewe´s», que al igual que el «Spencer´s Grill» estaban ya cerrados.