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El tema de las comunicaciones durante el viaje era uno de los aspectos que más nos preocupaba. Por un lado, está claro que el viaje es igual de ilusionante y placentero que correr para un piloto de F1, subir los ochomiles para un alpinista, hacer una travesía para un marino o cualquier otra actividad similar. Pero en nuestro caso no se trata de un viaje de amigos. La filosofía del viaje conlleva un compromiso posterior de concentrar en papel (perdón, sigo anclado en el clasicismo, pero habrá versión electrónica aunque el papel siempre tendrá un plus y en este caso no es una frase hecha), en un libro, contar en directo desde allí las vivencias, enviar material gráfico y audiovisual a los medios de comunicación que también está apoyando el proyecto.

Además, existe un compromiso con uno de los mecenas para extraer conclusiones económicas que puedan ser importadas a nuestras tierras.

Por todo esto, hay aspectos que son claramente estratégicos, volar con una compañía que nos aporte garantías, recorrer la ruta en un coche que no sea un simple medio de transporte, … y por supuesto, garantizarnos que en la era de las comunicaciones, no hay que esperar a volver para contarlo. La mítica de mis admirados Scott, Amundsen o Shackleton ha quedado para los nostálgicos y amantes del género de aventuras.

En el SXXI necesitamos contar cosas en directo, interactuar en facebook, mandar crónicas, imágenes, vídeos, … todos los días.

Hemos procurado priorizar recursos ya que éstos no son ilimitados. El road book contempla un recorrido que nos permita dormir en moteles de carretera o pequeñas poblaciones con poco atractivo turístico convencional, también pensando en la economía. Lo de compartir habitación es otra medida, someternos a un rígido calendario, … Pero tocaba elegir la que consideramos mejor opción para estar comunicados. Y aquí tampoco hemos pensado en otra cosa que la garantía.

Ya hemos contado que seleccionamos Iberia sin ser la opción más barata por esta filosofía. Tampoco lo dudamos con las comunicaciones. Y nos fuimos a hablar con Telefónica.

La diferencia ha sido que en Iberia no estaba ni Pepe, ni Miguel Ángel ni Mar y en Telefónica sí.

Tengo que agradecerles a los tres el interés y apoyo desde el primer momento. Unos días antes de la salida del vuelo, Telefónica nos facilitara los medios para contar desde allí todo lo que entendamos puede ser atractivo para quienes vengáis al blog, a la página del facebook, a las crónicas de los medios de comunicación colaboradores, …

Y trabajaremos para que nuestro «socio tecnológico» esté contento con su apuesta.

Bienvenida «Telefónica»